Tal vez en otra muerte no me deje espantar

Tal vez, en otra vida escucharé tus plegarias.

Tal vez, al amanecer no te veré desvanecer.  Al contrario, fijamente te miraré para que puedas deslumbrarme con aquel blanco pálido, para desvelarme con tertulias incansables, frases de inframundo y risas de ultratumba.

Tal vez, algún día entienda esos pasos mudos, esa mirada coqueta y un adiós inconcluso.
Tal vez, algún día interiorice esa premonición, camine a tu lado y me entretenga con la nubla.

Tal vez, te vea a diario y reviva, viva, vive, lo vivido, ¿vívido?...  Y sin embargo recordaré el susto al pie de mis aposentos, al borde de la locura, cuencas desorbitadas, corazón palpitante y gusanos corrosivos.

Dama tergiversadora, apocalíptica risueña, arrebatadora de sueños, prolongación de lo inerte, alojada en el brillo de los ojos del mundo, ¡tú tan muerta!, ¡yo tan yo!… ¡tú tan tú!...
arrástrame, para irme de caminante, cual catrina viajera, a través de campos de rosas marchitas, al son dulce de bocas huesudas, personificando calaveras en carne viva… vida, ¿ira?, ¿dicha?

Y tal vez en ese día y en esa hora, mi alma, débil, sucumba ante la magia de lo desconocido, cosa que haga que, tal vez, la próxima vez que aparezcas no esté asustada, sino preparada para irme de tu mano, retumbando entre comparsas para celebrar lo inevitable de la vida, su temible antagonista, la muerte, ¡y que hagan una antología de lo que fuera para él mundo la primera muerta viviente!

Comentarios

Entradas populares