Como debe ser


Es como cuando quiero gritarte 10 mil cosas a la cara, de esas que rompen corazones y destruyen almas, de esas donde las lagrimas no alcanzan para sanar la amargura y la bestialidad de los actos que sin ningún consuelo pudiste arremeter hacía mí.

Es cuando te miro de frente y directo a tus ojos, y me pierdo en ellos, inmersa en un trance y descubro que a pesar de todo, aún te sigo amando a pesar de los demonios que sesgaron mi querer hace algunos años. Descubro que fui tan feliz contigo, que nada hasta el momento se le ha comparado, que las aventuras en la luna, jamás terminaron, que las bocanadas de aire siguen acariciando mis mejillas, como un leve roce, que me incita a quererte, a adorarte y a seguirte amando… a seguirte abrazando, mirando mil estrellas zumbantes, fugaces, que convierten en hechos mis deseos y te tengo nuevamente ante mí, susurrándome amores al oído, dedicándome cuanta canción se te ocurre, amándome incondicionalmente, como siempre has sabido.

Y me duele, demasiado diría yo, cuando sin defensa alguna, caigo postrada a tus pies, arrodillándome ante tu pecho, rogando verdad. Sé bien tus deseos y tus anhelos, pero aún no descubro tu mascara, y vuelvo a odiarte, con tal ira que ninguna otra batalla se le compara, y lloro aturdidamente entre los campos de recuerdos que reposan en mi memoria, mariposas de sonrisas, tulipanes de mejillas rosadas, veneno de odio incontrolable. 


Dale, Susurra nuevamente, que mi corazón retumbara de emoción y dormirá impasiblemente, cuando la toxina de la dulzura dé su mortal efecto, y mi sonrisa se paralice en un sueño eterno. Dale, susurra, si quieres verme morir, sin poder alguno de decirte lo mucho que te detesto, por ser aquel infeliz que marchito mi corazón a punta de dolor, de mentiras elegantes, que alimentaron mi ser, que me hicieron creer que eras verdad, que eras mi sueño hecho realidad… ahora que despierto nuevamente y te veo tan sonriente, recurro a lo que queda de mi orgullo, desvió la mirada y lloro nuevamente, intentando sanar heridas que con cada resplandor de tu sonrisa, se vuelven mas profundas, mas inertes.

Un vuelco sacude mi corazón, mi mente se ilumina y mi amor se reconcilia con el destino, porque simplemente me despierto en la realidad y a pesar de acusarte de mi infelicidad, comienzo por asesinar sentimientos y pensamientos, por olvidar caricias y besos y paso a paso, y así voy renaciendo, cual ave mitológica, en un nuevo mundo, donde solo hay espacio para una sola cosa: Mi felicidad, porque así lo he decidido y de ahora en adelante así lo será 

Comentarios

Entradas populares