Lo que dicen las nebulosas

En la oscuridad de los deseos, los mordiscos hacen añicos la piel, dando paso al violeta de las ganas, de lo prohibido, de lo animal. 

Lo que callan los ojos, se revela a través de las caricias. 

Lo que no dicen las nebulosas queda plasmado en la memoria; allá en el paladar de las prohibiciones. 

Lo que no dicen las nebulosas revolotea en rojas mejillas, en instantes arrancados del cemento; con las uñas, con el beso que cuelga de un brillo incierto, de un palpitar nervioso, de un imposible que se funde en la inexistencia del momento adecuado. 

No es, no va y aún así escandaliza los vellos de la piel; recorre fantasías reprimidas y lucha por existir en la imaginación, en la tensión del minuto, en lo plausible de la ciudad, en el susurro de las coincidencias y en el reflejo de dos seres que comparten la fijación por un par de excusas insensatas para argumentar la no habiencia de la consumación del instinto.

Comentarios

Entradas populares