Palabras a la orilla de un andén...
Tal vez seas parte de mi soledad, mi única compañía...
Y en la luna te recuerdo, sumergido en aquel conejo. Fuimos tan felices y hoy nada es sincero, solo la cruel mirada del desespero que dicta destierro eterno de nuestros cuerpos, a pesar de que nuestra alma agonice en cada intento de querernos olvidar sin más remedio, anhelando la espera furtiva del tiempo, quien cura las más profundas heridas pero deja cicatrices imborrables.
Tal vez, algún día te encuentre en la calle y te sonría como antes, sin amor, sin dilema... solo paz y ligereza. Por ahora seguirás siendo mi poeta, la musa de mis letras, mi amada inspiración, mi detestable ansiedad, mi luz en el túnel, seguirás siendo lo peor y lo mejor de mí... porque contigo toque el cielo, pero descubrí mis demonios y me fue imposible exorcizarlos para seguir a tu lado.
Vida mía, descansa en el recuerdo, separa tu camino y alégrate de lo incierto, pues lo que viene jamás podrá ser peor de lo que eramos, fuimos y seremos alguna vez. Te amo.
super, que buena escritora laurita
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